Y algo que no falla nunca en Santander es la visita y paseo por la Península de La Magdalena. Si no pasamos por aquí es casi como... no haber ido a Santander 😄
Así que el domingo a la tarde nos fuimos para allí, aparcamos a la primera y empezamos nuestro recorrido, visitando a los leones marinos que nadaban plácidamente, los pingüinos que dormían en el interior de la roca y las focas, que jugaban en el agua. Luego subimos a disfrutar de las vistas y de los barcos, para seguir subiendo hasta el Palacio de La Magdalena y dimos la vuelta bajando por el lado de la playa de la península. Un agradable y bonito paseo para terminar nuestro viaje a Santander. ¡volveremos!
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