Y el domingo continuamos nuestro turismo por Nájera.
Paseo del río, cruzando sus puentes, viendo murales, estatuas, curiosas tallas en madera, recorriendo la parte vieja, y de ruta paseo hasta las ruinas del Alcázar y entrada a las cuevas que usaban de vivienda en la defensa de Nájera.
Para llegar a las ruinas, hay que subir, tampoco en exceso, unos 30-40 minutos, pero merece la pena, las vistas son ¡estupendas! todo Nájera y a un lado los parte de la cordillera Cantábrica con los Obarenes y al otro Valdezcaray. Este fin de semana estaban además completamente blancos ¡nevados!!! Muy chulo.
Y ya terminamos el finde con el viaje de regreso y para en Vitoria para comer en Donga. Comida tardía de domingo, y el lugar repleto ¡tuvimos que esperar al menos 30 minutos! 😄
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