El sábado, ¡otro día de descubrir!!
A las 10:30 de la mañana, como teníamos reservado y acordado nos plantamos en la Iglesia de Olmos de Atapuerca, allí nos unimos al grupo y nos dirigimos hacia la Entrada de Mina Esperanza. Llegamos en caravana en unos minutos. El guía comenzó con los pagos, la revisión de la lista, nos facilitó a todos un casco y comenzamos la visita. Primero en el exterior viendo el lugar donde residían los mineros, donde estaba la tolva, el generador, etc...La Mina Esperanza es una mina de Hierro y de las más seguras que existen. Estuvo en funcionamiento 110 años y en los mismo solo murió 1 minero y por un descuido humano. La mina pertenecía a una familia vasca, los Retolaza. Los mineros eran principalmente Gallegos y Andaluces ya que ellos tenían conocimientos y experiencia en este tipo de mina. Y allí tenían trabajo y alojamiento para toda la familia, junto a la mina. Les pagaban en función del hierro que sacaban en la jornada, que era de 8 horas diarias. El hierro iba al tren, que se encuentra muy cerca, y de ahí a Bilbao. Bueno y con todo esto estuvimos andando por dentro de la mina, golpeándonos la cabeza ¡menos mal qué nos dio casco! jejeje viendo utensilios, moviendo vagonetas, y para terminar viendo un pequeño museo con diferentes minerales e historia de minas burgalesas que se encuentra dentro de la propia mina. ¡Muy interesante y muy bien explicado todo! una visita recomendada para grandes y pequeños, la duración de la misma es de aproximadamente poco más de hora y media.
Tras visitar la mina, nos pusimos rumbo al pueblo de Atapuerca, donde paseamos por sus calles, vimos la iglesia, su entorno, bajamos hasta el humedal ¡había bastantes aves! (es un lugar de avistamiento). Nosotros molestamos jejeje o entretuvimos un poco a las ovejas ¡qué majas! luego a media mañana, paramos al sol y en una terraza y nos tomamos un aperitivo. Y antes de comer nos pusimos en ruta destino un Mehir, con el que se marca exactamente el punto donde murió el Rey de Navarra en la batalla de Atapuerca (esté Mehir está dentro de un campo de cultivo, podéis verlo en las fotos donde señalamos).
Pasadas las 2 de la tarde nos dirigimos al Restaurante ComoSapiens (teníamos reserva realizada muchos días antes) y la verdad fue un ¡acierto! Un antiguo pajar reconstruido, manteniendo la tradición pero con toque de modernidad. Solo sirven un menú-ComoSapiens fin de semana, muy elaborado y variado, donde incluyen aperitivo, 2 entrantes, plato principal, postre y agua km0. Comimos ¡muy bien! el servicio estupendo y un detalle, nos invitaron al café.
Ya de vuelta en la casa de campo, y dado que hacía un tiempo espectacular, seguimos disfrutando del sábado en la terraza.
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