Y el domingo, otro día de buenísimo tiempo.
Tras el desayuno, la ducha y recoger todo, abandonamos el camping y nos fuimos a comprar unos souvenirs (alimentos típicos de la zona) y luego paseo a la Ermita de la Guía, un paseo muy bonito y desde donde alcanzas unas vistas espectaculares.
Luego nos fuimos a la playa ¡la primera vez que vamos a la playa! y la verdad, es que cuando daba el sol total, picaba, pero se estaba muy bien. Comimos allí de bocata e hicimos un buen rato de descanso playero.
Y... a primera hora de la tarde, tocó regresar. Viaje con varias paradas, ya que el tiempo y las tormentas amenazaban, aunque al final libramos de todas ellas y no nos costó mucho aparcar al llegar.
Un gran fin de semana en Ribadesella ¡Seguro qué volveremos!
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