Casualidad este hacía justo un año que no pasábamos por Ezcaray, pero justo el año pasado fuimos también en la misma fecha el mismo finde.
El pueblo estaba muy decorado e iluminado, y los establecimientos tenían muy bonitos detalles navideños. ¡se respiraba espíritu navideño!
Sorprendidos con el mega-belén que tenían en un bar, y con sonidos, movimientos, se hacía de noche y de día ¡impresionante!
Hemos paseado por sus calles y sobre todo hemos disfrutado de su gastronomía: comenzando con caparrones y el sábado con un delicioso asado ¡cabrito! por supuesto con aperitivos, unas cervezas y hasta el sábado un copazo.
La temperatura era alta para la época del año, llegando a máximas de 6-10 grados, pero soplaba el viento fríoooo, lo cual nos llevaba a una sensación térmica muy inferior.
A Luna le trajimos un delicioso souvenir, que mordió y disfruto en el momento de nuestro regreso.
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