El jueves pasado íbamos a ir a la playa, pero el tiempo andaba de cambio y se cubrió de nubes, así que decidimos variar el plan y nos fuimos a comer al mirador para luego bajar y pasar la tarde en la playa de Armintza, tranquila, pequeña y de piedras.
Al final, pasamos un buen día, sin excesos de sol ni calor, pero se estaba divinamente!.
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