Bueno día de playa, un poco raro. Porque hacía un día estupendo, luego se cubrió cuando estábamos de camino, así que llegando a la playa cambiamos de ruta y nos dirigimos a la playa de Armintza (mami no había estado allí nunca) de camino a esta, en una subida-puerto de montaña paramos en el mirador con unas vistas divinas a Bakio y aprovechamos a comer allí contemplando el paisaje.
Empezó a despejarse el día de nuevo, y continuamos viaje a Armintza. Un pequeño pueblo Bizkaino con una playa rocosa, pequeña, tranquila y muy agradable. Allí extendimos las toallas, tomamos el sol y hasta mami se dio un mini baño porque había muchas piedras y eran muy molestas en los pies, aunque el agua estaba divina.
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