La 1º que visitamos fue subterránea y el sábado por la tarde-noche. ¿Cómo llegamos a ella? Muy sencillo, una persona del hotel nos dio información de Aranda y nos informó que varios locales de hostelería tenían bodegas subterráneas, abiertas gratuitamente para que la visitaran sus clientes. Así que una vez en el centro de Aranda nos encontramos delante del bar-restaurante El Lagar (uno de los indicados) entramos y... ¡bodega! bajamos por supuesto y la vimos, visitamos y nos sorprendimos ¡muy chula!
El domingo con todo el grupo de la Concentración de Vehículos hicimos una visita guiada a una Bodega "actual" donde nos explicaron el proceso de elaboración del vino, y alguna que otra curiosidad.
Y para terminar, el domingo almorzamos y visitamos otra bodega subterránea, hoy en día convertida en sede de una Peña Arandina, a la cual pertenece el organizador del evento.
Nota: las bodegas subterráneas, están debajo de la Ciudad de Aranda, de sus calles y de sus casas, y por lo que nos comentaron más menos todas a 41 peldaños para abajo hasta llegar a las mismas, sus pasillos, huecos y estancias,
Desde aquí aprovechamos para mandar un saludo y felicitar a los organizadores ¡lo hemos pasado genial!
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